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viernes, 21 de diciembre de 2018

RIVER PLATE CAMPEON DE LA COPA LIBERTADORES 2018






Quienes me conocen, saben que a nivel internacional, soy hincha a muerte de RIVER PLATE desde 1976. Y el pasado 9 de Diciembre, disfruté al máximo cuando River se coronó campeón de la Copa Libertadores 2018, luego de tres años de su anterior Copa. Pasaba por mi cabeza escribir este post, pero entre una cosa y otra, se fue postergando. Pero antes que termine este año 2018, me decidí a hacerlo de todas maneras. Y aquí estamos. Tras realizado el sorteo de la Primera Fase, se supo que jugaría en el Grupo D, ante Flamengo de Brasil –reciente subcampeón de la Copa Sudamericana-, Santa Fé de Colombia y Emelec de Ecuador. Analizando el contexto, River no andaba bien a nivel futbolístico, deambulaba en la Superliga Argentina, perdiendo puntos inexplicables. River había contratado a un gran arquero como Franco Armari -campeón de la Libertadores en el 2016 con Atlético Nacional de Medellín-, al delantero Lucas Pratto, al lateral Marcelo Sarachi, y al mediocampista colombiano Juanfer Quintero. A ello, se agregaron los regresos de Martinez Quarta y Mayada. Pero, no convencía su nivel de juego. 

PRIMERA FASE.- El debut de River en la Copa fue en Río de Janeiro a fines de Febrero ante Flamengo, en un Maracaná sin público, y en un partido parejo y disputado, empataron 2-2. Cuando parecía que el encuentro acababa 1-2, Camilo Mayada de un patadón desde fuera del área, logró el empate. Era un resultado positivo y un aceptable debut, pero dejando dudas sobre su funcionamiento. El siguiente partido fue de local ante Santa Fé el 5 de Abril, pero en el medio, River jugaba la final de la Supercopa ante su tradicional rival, Boca Juniors. Boca llegaba mucho mejor, y una derrota hubiera sido una estocada fuerte para River. Pero, en la cancha, la cosa fue otra, y River ganó 2-0. Ese triunfo representó un enorme envión anímico y River volvió a encontrarse con el fútbol. Volviendo al segundo partido ante Santa Fé en el Monumental, River fue más, pero no pudo concretar y al final, empataron 0-0. Dos puntos de seis, no era una buena señal, y el siguiente partido era clave en Guayaquil ante Emelec. Si River perdía, quedaba en una situación apremiante, con 2 puntos de 9 jugados. Y en un partido bien planteado, River se impuso de visita 1-0 con gol de Pinola. Terminaba la ronda de partidos de ida, y River estaba en el primer lugar con 5 puntos, empatado con Flamengo, Santa Fé con 3 y Emelec con 1. En el siguiente encuentro, River derrotaba nuevamente a Emelec por 2-1 –mientras que Flamengo y Santa Fé empataban-, y se apoderaba del primer lugar del grupo. El próximo encuentro sería clave, de visita ante Santa Fé, y nuevamente River impuso su juego, ganando 1-0 con gol de Pratto, asegurando su clasificación a Octavos –Flamengo hacía lo mismo con Emelec. Para la última fecha, a finales de Mayo, River llegaba con 11 puntos y Flamengo con 9, y entre ambos se disputarían el primer lugar del grupo. River con un empate lo aseguraba, y así ocurrió, en un encuentro parejo que culminó 0-0, y terminó primero con 12 puntos. 

OCTAVOS DE FINAL.- Tras el sorteo de Octavos de Final, sin duda alguna, el partido más atractivo de Octavos era entre River y Racing de Avellaneda. Era el rival que todos querían evitar y a River le tocaba bailar con la más fea. Racing era el puntero de la Superliga, y considerado el mejor equipo del torneo argentino, bajo la conducción del Chacho Coudet. Había mostrado muy buen nivel de fútbol en la fase de grupos, pero para esta etapa de Octavos, había perdido a su mejor jugador, Lautaro Martínez, quien se fue a jugar al Inter de Milán. Igual era una llave de pronóstico reservado y no había favoritos, y cualquiera podía ganar. El primer partido de ida fue en Avellaneda a inicios de Agosto, y fue muy parejo. El primer tiempo fue de River, que desaprovechó varias oportunidades para abrir el marcador. En el complemento, y luego de la expulsión de Ponzio, Racing manejó mejor el partido, pero sin llegar a doblegar el arco de Armani. Al final, el marcador quedó 0-0 y la llave se definiría en el Monumental, a fines de Agosto. En el encuentro de vuelta, River se llevó de encuentro a Racing, con dos goles en el primer tiempo de Lucas Pratto y Exequiel Palacios. Con el 2-0 a favor, River manejó mucho mejor el partido y al final, llegó el tercer gol de Borré. Con toda justicia, River se clasificaba a Cuartos de Final, dejando en el camino a un buen equipo como Racing. Y ahora esperaba al ganador de la llave entre Santos de Brasil e Independiente de Avellaneda.

CUARTOS DE FINAL.- River Plate llegaba a Cuartos de Final y enfrentaba a Independiente de Avellaneda. Otro equipo argentino que se cruzaba en su camino, y encima, era el vigente campeón de la Copa Sudamericana 2017, que además, tenía muy buen nivel de juego. Otra llave de pronóstico reservado. El partido de ida fue en Avellaneda el 19 de Setiembre, y al igual como pasó en Octavos, River fue superior en el primer tiempo, desperdiciando chances para abrir el marcador. Y en el segundo tiempo, Independiente fue superior y tuvo varias oportunidades de alzarse con el triunfo, pero los palos y Armani salvaron a River. Y en una de las atajadas de la Copa, Armani le sacó una pelota a Gigliotti, que tenía destino de gol. Fue una atajada equivalente a un gol. Nuevamente, la llave se definía en el Monumental el 2 de Octubre. El partido de vuelta fue bastante parejo en el primer tiempo y muy amarrado. Y encima, se produjo una jugada muy polémica, con la falta de Pinola a Benitez dentro del área de River. Todo parecía indicar que era penal y expulsión a Pinola, y habiendo el VAR, el árbitro no lo solicitó, generando mucho más polémica. Para el segundo tiempo, a los 3 minutos, Nacho Scocco marcaba el primero para River. Pero 6 minutos después, Independiente empataba 1-1 y ponía de candela el partido. Con un empate, Independiente pasaba por el gol de visita, pero lo lamentable era que faltando todavía 30 minutos para que acabara el partido, Independiente se dedicó a hacer tiempo y fingir faltas, mostrando cero jerarquía para afrontar el partido. Hasta que llegó el golazo de Quintero, que inclinó la balanza para River. Y faltando 6 minutos, el colombiano sentenciaba el partido con una pintura de gol. River se imponía 3-1 y así, avanzaba a Semifinales. Aunque las voces de protesta por parte de Independiente no se hicieron esperar, señalando que le habían robado el partido. En lo personal, creo que fue muy discutida la falta a Benitez, y al menos, el árbitro debió recurrir al VAR. Pero no lo hizo. No sabemos si esa jugada definía el partido, ya que había bastantes minutos por jugar. Y quien sabe si River igual metía los tres goles en el segundo tiempo. Si hubiera pasado a cinco minutos del final del partido, allí sí podríamos hablar de un momento decisivo en el partido. Pero realmente, eso es entrar en el terreno de la especulación.

SEMIFINALES.- La semifinal enfrentaría a River ante el vigente campeón de la Copa Libertadores 2017, Gremio de Brasil, un muy buen equipo y rival muy complicado, que tenía serias posibilidades de lograr el bicampeonato. Además, había dejado en el camino a dos equipos argentinos, a Estudiantes de la Plata en Octavos por penales, y a Atlético Tucumán en Cuartos. En el papel, era el favorito para ganar la llave. El partido de ida fue el 23 de Octubre en el Monumental, y muchos esperábamos un triunfo millonario. Pero River jugó bastante feo el partido, y se encontró con un equipo que no lo dejó hacer su fútbol. Es más, me atrevo a decir que el técnico Marcelo Gallardo se encontró con su némesis, el brasileño Renato Gaucho, y River se encontró con su clon, que jugaba como ellos. Al igual que River, Gremio era un equipo que neutralizaba al rival, no dejándolo jugar y en el momento preciso, te marcaba un gol y jugaba con la desesperación del rival, hasta liquidar el partido. Simplemente, Gremio fue superior y había dado un gran paso para volver a llegar a la final. Gremio definiría de local en Porto Alegre, y una vez más, al elenco millonario lo dieron por muerto y muchos daban por descontado un triunfo de Gremio en su cancha. Pero lo que sucedió en el partido de vuelta fue una historia diferente. El 30 de Octubre, Gremio y River lucharían por su pase a la final. En el primer tiempo, River planteó muy el partido y tuvo varias llegadas de peligro. Gremio no salía de su sorpresa y a los 35 minutos, Leo Gomez marcaba el primer gol brasileño, sin merecerlo, y así se irían al descanso. Las cosas se iban poniendo de color hormiga para River, y en el segundo tiempo, no bajaron los brazos y siguieron atacando, sin suerte. Y en otro momento clave, una vez, Armani le sacó una pelota increíble a Everton, achicándole el espacio, e impidiendo que Gremio liquidara el partido con un 2-0. Si eso se daba, llegaba a su fin el deseo de River de llegar a la final. River insistía, y faltando 9 minutos, Borré lograba el empate con un cabezaso potente. Eso cambiaba el ritmo del partido y River se fue a intentar la hazaña. Ya Gremio había renunciado al ataque. Hasta que una jugada que en un principio, parecía intrascendente y que había generado un tiro de esquina a favor de River, al final motivó que las acciones se detuvieran, ya que le estaban indicando al árbitro una posible mano en el área del defensa brasileño. Eran minutos de tensa espera, hasta que el árbitro se decidió recurrir al VAR para ver la jugada varias veces. Y al final, haciendo el gesto del VAR, el árbitro decretó penal a favor de River. Eran minutos de descuento, y los nervios estaban de punta. Y el Pity Martínez se encargó de ejecutar de manera contundente el penal, logrando el 2-1. El partido duraría unos minutos más, y al final, River derrotaba a Gremio 2-1 y por el gol de visita, pasaba a la gran final. Luego de tres años, River Plate volvía a disputar una final en la Copa Libertadores.

FINAL.- Al día siguiente que River clasificaba a la final de la Copa Libertadores, su archirrival, Boca Juniors, eliminaba a Palmeiras de Brasil, y de esta forma, la gran final se llevaría a cabo entre River y Boca. Algo que nunca había sucedido antes, ya que de acuerdo a los reglamentos, hacían enfrentar a dos equipos del mismo país en instancias anteriores, como semifinales, para que no coincidieran en una final. Esto cambió hace algunos años, y en este 2018, el gran superclásico argentino se trasladaría a la final de la Libertadores. Boca había dejado en el camino a Libertad de Paraguay, a Cruzeiro de Brasil y a Palmeiras de Brasil. El partido de ida en la Bombonera fue parejo y vibrante. River dominó la mayor parte del primer tiempo, pero la salida de Pavón por Benedetto, le hizo un gran favor a Boca y como que se soltaron más en el ataque, hasta que llegó el primer gol de Boca, con el zapatazo de Avila, que fusiló a Armani. Cuando todavía duraban los festejos xeneizes, River sacó el balón del mediocampo y Pratto lograba el empate. Pero antes de terminar el primer tiempo, un cabezaso de Benedetto ponía 2-1 el marcador. En el segundo tiempo, el ritmo siguió igual, y nuevamente, de un tiro libre ejecutado por el Pity, Pratto saltó y el balón se desvió por parte del defensa Izquierdos, y nuevamente, River empataba el partido. Así siguieron las cosas, y una vez más, Armani tuvo una atajada de campeonato, al impedir en una mano a mano, que Benedetto lograra el tercer gol. Otra atajada equivalente a un gol. El partido de vuelta sería en el Monumental, el sábado 24, pero lamentablemente la agresión al bus de Boca por parte de delincuentes que tiraron piedras, a tres cuadras del estadio, motivó que el partido se suspendiera hasta el día siguiente, y luego el domingo, volvió a suspenderse porque habían jugadores de Boca que estaban dañados físicamente. La situación se puso cada vez más incierta, y no se sabía si se jugaba en el Monumental, sin público o en otro país, si se postergaba, si se anulaba y le daban los puntos a Boca. Hasta que al final, la CONMEBOL decidió que el partido de vuelta de la final de la Copa Libertadores se jugaría en el Santiago Bernabeu, en Madrid. Ya la final había sido manoseada, manchada, por elementos ajenos al fútbol y encima, se iba a jugar en Europa. Algo fuera de toda lógica.

Pero igual había que jugarse la final el domingo 9 de Diciembre. El encuentro nuevamente fue parejo. En el primer tiempo, Boca supo neutralizar a River y no lo dejó armar su juego. Además que River jugó horrible y era un pálido reflejo de ese equipo inteligente. Y para coronar eso, una vez más Benedetto abrió el marcador. Sinceramente, al terminar el primer tiempo, pensaba que se venía la noche, y que Boca esperaría atrás y en un contragolpe, liquidaría el partido. En el segundo tiempo, River salió más decidido y hubieron dos momentos claves: la salida de Benedetto por lesión y el ingreso de Juanfer Quintero por Ponzio, quien le dio futbol a River y empezó a tener más protagonismo en el manejo del partido. Hasta que llegó el empate con un golazo de Pratto, tras una jugada brillante. Así llegaron al final de los 90 minutos. En el tiempo suplementario, el partido siguió parejo, hasta que se produjo otro momento decisivo: la tonta expulsión de Wilmer Barrios. A partir de allí, River dominaba el encuentro y así llegó el golazo de Quintero, que le daba ventaja a los millonarios. Sin embargo, Boca no bajó los brazos y con 9 hombres –Gago salió lesionado y Boca ya había hecho sus cambios-, siguió atacando para intentar el empate. Gran derroche de pundonor por parte de Boca y en donde hasta el arquero xeneize se fue hacia adelante. Y en un corner, tras un rechazo de Armani con los puños, Quintero tomó el balón y se la puso en bandeja al Pity, quien solito y sin nadie adelante, anotaba el tercer gol y sentenciaba el partido, el cual concluyó casi de inmediato. Con ello, River Plate lograba la tan ansiada Copa Libertadores y de manera justa. 

River Plate coronaba de manera brillante el 2018. Comenzó el año con muchas dudas y en el camino, fue corrigiendo defectos y mejorando virtudes, de la mano del gran estratega Marcelo Gallardo. River demostró en esta Copa ser un equipo muy integrado, unido y solidario. No habían estrellas, ni el equipo dependía de una o dos individualidades para funcionar. En el partido de vuelta de la semifinal, muchos lo dieron por muerto y resurgió de sus cenizas, tapándole la boca a todos los escépticos. River volvió a demostrar algo que en todo aspecto de la vida uno siempre debe tener presente: nunca rendirse. Contra viento y marea, fue avanzando a paso firme en el torneo, ganándoles a los mejores, y de manera justa y merecida, llegó a lo más alto y por cuarta vez en su historia ganó la Copa Libertadores. 


¡¡RIVER CAMPEON DE LA COPA LIBERTADORES 2018!!  

        

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