Hoy, 14 de Enero, se cumple un aniversario más del nacimiento de mi querida madrina Rosalía Wiese de Vizcardo. Y por ese motivo, hace algunos años le dediqué un post recordándola con mucho cariño. Hacía tiempo
que tenía deseos de dedicarle un post a mi madrina, como una muy sencilla forma
de recordarla y hacer una semblanza de lo que fue su presencia en mi vida. .
El primer recuerdo que tengo de mi querida madrina Rosalía fue cuando
tenía 4 años de edad. En ese entonces vivíamos en el segundo piso de un
edificio en la primera cuadra del Jr. Huancayo en Lima, y me acuerdo que mi
mamá entró a mi cuarto y me dijo “Te ha
venido a visitar tu madrina”. Salí y allí estaba ella en la sala y con mucho cariño me saludó. Ella era la
prima hermana de mi padre, ya que mi abuela Ida y el papá de mi madrina,
Alejandro Wiese –quien era un empedernido
bromista- eran hermanos. Mi padre le tenía un gran y enorme cariño, y
definitivamente ello influenció en la elección de la persona que sería mi
madrina de bautismo. A partir de ese momento, ella siempre se haría presente con
un regalo en mi cumpleaños durante mi niñez y siempre con auténtico y genuino
cariño. A partir de mi adolescencia, ella siempre me llamaba por teléfono para
saludarme por mi cumpleaños y a sugerencia de mis padres, comencé a poner en
práctica la costumbre de llamarla también cada 14 de Enero, que era su
cumpleaños. Y así fue de allí en adelante. Cuando vivíamos en aquella casa en
Lince, frente al parque Mariscal Castilla, en bastantes ocasiones la tuvimos en
casa y en algunas oportunidades, también estuvimos en su casa en San Borja, y siempre éramos muy bien recibidos por ella y su esposo, el recordado tío Héctor
Vizcardo. Uno se sentía genuinamente en familia y también ello se extendió a
sus hijos, mis queridos primos, José Manuel, Alvaro, Gonzalo y Fabiana. Cuando mi tía
Elba -la hermana de mi papá quien aún vive en USA- venía de visita al Perú, nunca
faltaba un almuerzo o comida en la casa de mi madrina para mi tía Elba y a
donde también éramos invitados, pasándola super bien. También recuerdo mucho un fin de semana de Febrero de 1990 cuando pasé todo ese fin de semana en su casa de playa en Punta Hermosa -a la cual nunca dejaba de invitarme-, en donde fui maravillosamente atendido y la pasé bastante bien. Cuando murió mi madre
en 1987, mi padre en 1993 y mi abuela en 1995, ella siempre estuvo presente acompañándonos hasta el
último momento del sepelio.
En 1997 dejé la casa de Lince para mudarme a La Calera, en
Surquillo, y como mi madrina vivía en San Borja, estaba relativamente cerca a
su casa, ya que yo vivía por el cruce de las avenidas Angamos y Aviación y ella
por Aviación y San Borja Sur, y ello marcó un nuevo momento con ella, ya que
comencé a visitarla con bastante frecuencia y ella me recibía siempre con los
brazos abiertos. Recuerdo mucho que cuando me separé de mi anterior relación en
el año 2000, ella fue una de las primeras personas a quienes le conté de este
hecho, y me dio su apoyo total. Me acuerdo muy bien que me dijo que mirara hacia
adelante y que ya encontraría a alguien mejor. Cuando en mayo del 2001 comencé
una nueva relación con quien fue mi amada esposa Silvana, también fui a verla para
contárselo y se puso muy feliz, y me pidió que la trajera a la casa para presentársela porque quería conocerla, lo
cual hice a la semana siguiente. Tanto ella como mis primos recibieron
maravillosamente a Silvana. Para el año 2002 lamentablemente mi
tío Hector falleció de una enfermedad que lo aquejó en el último par de años y
fue un momento bastante triste. Cuando me casé en junio del 2002, mi madrina
asistió con mi prima Fabiana y fue maravilloso para mí verla en ese momento tan
importante en mi vida, pero por motivos en que todavía se encontraba de duelo, al final
se excusó de asistir a la recepción. Y recuerdo que de frente nos preguntó a
Silvana y a mí, “¿Qué quieren que les
regale?”. Al final, nuestra respuesta fue una licuadora y un mes después
que fuimos a visitarla a su casa, nos entregó tanto su regalo como el de mis cuatro primos. A
partir de allí, seguirían las visitas, pero un poco más espaciadas, ya que al casarme
pasé a irme a vivir al Rímac, donde vivo actualmente.
La última vez que la ví fue en la celebración de las Bodas de
Oro de mis tíos paternos Enrique y Nena en febrero del 2004, y nos saludamos
con el cariño de siempre. Posteriormente, la llamé con cierta frecuencia para
saludarla y así pasaron los meses. La última vez que conversé con ella fue
cuando la saludé por el Día de la Madre y conversamos bien, y quedamos para ir
a verla, pero por la distancia entre San Borja y el Rímac, como que la flojera vencía a veces y el típico
pretexto “la próxima de todas maneras voy
por allá” se imponía. Hasta que un 9 de Setiembre del 2004 en la tarde,
recibí en mi trabajo la llamada de mi tío Enrique, quien textualmente me dijo “Lamento tener que darte ésta muy mala
noticia: ha fallecido Rosalía”. Recuerdo que me quedé paralizado y
petrificado y lo primero que le pregunté es que había sucedido, si había sido
algo repentino. El tío me contestó que ya estaba mal desde hace varios meses y
que había fallecido la noche anterior. En ese instante, mi día pasó del tono
claro al oscuro y me parecía algo propio de una pesadilla, que me sacudió y me
estremeció de pies a cabeza. En la noche fuimos con mi esposa al velorio y allí
supe que ya desde comienzos de año había estado lidiando con una penosa
enfermedad y que incluso cuando la ví por última vez, ya estaba con ese
problema de salud. Nos quedamos un prolongado rato para darle el último adiós a
mi querida madrina y lamentablemente por motivos de trabajo no pude ir al
sepelio, algo que de todo corazón hubiera querido hacer.
En estas épocas en las cuales los padrinos de bautismo son elegidos por motivos coyunturales y muchas veces, se pierde contacto con ellos, en mi caso,
ella fue una madrina auténtica y de verdad, que siempre estuvo presente en mi vida, tanto en
mi niñez, mi adolescencia, mi juventud y mi adultez, y a quien quise muchísimo.
Fue una muy buena y maravillosa persona y su carácter alegre y jovial, su trato
amable, campechano y cariñoso fueron sus signos distintivos y siempre con su
sonrisa y con los brazos abiertos para recibirme en su casa. Echo mucho de
menos el ir a visitarla y al menos, con mis queridos primos mantengo el contacto vía
Facebook. Incluso, cuando en noviembre del 2008 viajé a Chile a ver a QUEEN + Paul Rodgers, mi primo
Alvaro vivía en ese momento en Santiago y mi otro primo Gonzalo viajó también
para el concierto y al día siguiente del concierto, nos reunimos en casa de
Alvaro y pasamos un momento muy, pero muy grato. Hoy, en el día de su cumpleaños, siempre la sigo
recordando con todo mi amor y afecto. Y SE que en el reino espiritual debe estar más que feliz al lado del querido tío Héctor y de sus recordados padres, los muy queridos tíos
Alejandro y Elia. Y de paso, también debe haberse encontrado con mis viejos y mi abuela, y por qué no, con mi amada esposa Silvana. No tengo la menor duda de ello.
Gracias querida madrina por todo lo que fue tu presencia a lo
largo de mi vida. Han pasado más de 19 años desde que nos dejaste para siempre, pero
tu recuerdo permanece intacto en mi mente y en mi corazón. Y este día de hoy, 14 de Enero, he querido recordarte con este sencillo post y en algún momento del día haré un brindis a tu salud, aunque sea con agua mineral, por aquellos maravillosos e inolvidables recuerdos que me unen a tí.
¡¡HAPPY BIRTHDAY, QUERIDA MADRINA ROSALIA!! ¡¡SIEMPRE EN MI CORAZON!!
Hola Lucho!!! que lindo la describes, la tia Rosalia estara siempre en nuestros corazones :)
ResponderEliminarHola Noelia. Muchas gracias por tu comentario.
EliminarAsí era nuestra querida tía Rosalía y en mi caso, con el plus de ser mi madrina. Ella siempre vivirá en nuestros corazones.
Te mando un abrazo muy grande.
LUCHO
Al lado de tu madrina, yo debo ser mal padrino, no me acuerdo ni el cumpleaños de mis ahijados.
ResponderEliminarHola Elmo. Muchas gracias por tu comentario.
EliminarMi estimado, nunca es tarde para corregir ese error. Como me decían mi viejos, una llamada no contagia enfermedad alguna a nadie.
Un abrazo.
LUCHO
QEPD ROLA LIA ERA MARAVILLOSA PRIMA
ResponderEliminarHola Tito. Gracias por comentar.
EliminarPlenamente de acuerdo contigo. Mi padre también pensaba lo mismo.
Un abrazo.
LUCHO
Tienes un gran corazón Lucho.
ResponderEliminarHola José Luis. Muchas gracias por tu comentario.
EliminarAgradezco mucho tus generosas palabras.
Un fuerte abrazo.
LUCHO
Te admiro, y me encanta tu blog. La constancia que importante ha sido eso. Mis saludos desde Venezuela.
ResponderEliminarHola querida Martha. Muchas gracias por tu comentario.
EliminarDe todo corazón, agradezco muchísimo tus muy generosas palabras. A un mes de cumplir 14 años con el blog, aún seguimos al pie del cañón.
Un abrazo muy grande.
LUCHO